A sus 33 años, la defensora lleva ya 11 con la selección estadounidense y es bicampeona olímpica. Nada de eso impide que el choque contra Corea del Norte tenga sabor especial: el partido en Dresde marca su primera experiencia en un Mundial.
"No podía estar más feliz, sobre todo por el durísimo trabajo que hice para llegar a este objetivo", contó Mitts después de ser convocada con la selección de Estados Unidos, ganadora de dos Mundiales y una de las grandes favoritas para ganar Alemania 2011.
Las lesiones frustraron en dos ocasiones el sueño mundialista de la jugadora del Philadelphia Independence.
En 2003 quedó fuera del campeonato celebrado en su país después de romperse una pierna. Cuatro años más tarde, fue el desgarro en un ligamento lo que le impidió estar en China 2007.
Ni siquiera la mala suerte logró apartarla del fútbol: en ambos Mundiales, Mitts aprovechó su baja para trabajar como comentarista en las cadenas ABC y ESPN. "Vivo el fútbol día a día. Espero demostrarlo también en mi papel televisivo", comentó.
Su esperado estreno en un Mundial se producirá ahora en la tierra de sus antepasados: su árbol familiar remonta a Adam Mitts, un alemán de Renania-Palatinado que emigró a Estados Unidos en el siglo XVIII.
Mitts debutó en 1999 la selección de Estados Unidos, primera en el ranking mundial de la FIFA. Desde entonces desarrolló una carrera meteórica dentro... y fuera de las canchas.
En poco más de una década, fue portada de la revista "Sports Illustrated", elegida como la "jugadora más sexy" de la Liga por "Playboy" en 2001 y un año más tarde como "la soltera más sexy" de Philadelphia por la misma revista.
Después de que también la cadena ESPN la coronara en 2004 como "la atleta femenina más sexy", la revista masculina FHM le dedicó una serie de fotos de cinco páginas. Fue la primera futbolista en ocupar ese espacio.
"Mis fotos son más bien deportivas, no como las típicas fotos de 'FHM'", sostuvo. "No hay mucha promoción para el fútbol femenino.Cuando está la oportunidad de estar en una revista tan grande, eso sólo puede ser bueno".
Casada desde hace un año con el futbolista Adam Joshua Feeley, la defensora de largo cabello rubio guarda un recuerdo especial en España: en 1999 participó en los encierros de San Fermín, en Pamplona. "Fue una de las ideas más locas e impulsivas que tuve jamás", confesó. "Una de las mejores experiencias de mi vida".
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