La jugadora internacional de la selección de Guinea Ecuatorial, Genoveva Añonma, hizo una dura confesión sobre una experiencia que tuvo que vivir ante la Confederación Africana (CAF). Según relató a la BBC en una entrevista, le obligaron a desnudarse para demostrar que era una mujer.
"Me pidieron que me sacara toda la ropa delante de los funcionarios de la Confederación Africana de Fútbol (CAF) y delante de mis compañeras de selección", dijo la jugadora de Turbine Postdam alemán en esta entrevista a la BBC donde narra cómo sus detractores pusieron en duda su sexo durante el campeonato africano femenino, disputado en 2008.
"Me enfadé mucho. Lloré. Tenía la moral por los suelos. Fue muy humillante, pero con el tiempo lo he podido superar", aseguró Añonma.
Otro mal trago fue sin duda en el Mundial femenino de 2011, cuando saltó un escándalo sobre su género con otras compañeras de selección, quienes fueron acusadas por varias selecciones africanas rivales de ser hombres. De hecho, la defensa de Ghana Diana Amhomah dijo literalmente: "Basta con tener contacto físico con ellos para saber esto (refiriéndose a que eran hombres)".
Por último, también cuenta cómo intentó hacerse las pruebas médicas de género, y que nunca recibió la ayuda adecuada por parte de los estamentos: "Tenía la esperanza de que me iban a llamar para decirme que me iban a llevar al hospital para hacerme las pruebas, pero nunca lo hicieron... No hicieron nada por mí. Siempre tengo que defenderme sola. Siempre lo he hecho. No soy un hombre, soy una mujer".
sábado, 31 de enero de 2015
lunes, 12 de enero de 2015
Alemana Nadine Kessler, mejor jugadora de 2014
La alemana Nadine Kessler, del Wolfsburgo, ha sido declarada mejor jugadora en la Gala del Balón de Oro de la FIFA que se está celebrando en el Palacio de Congresos de Zúrich.
Kessler fue determinante en los éxitos de su equipo, con el que se hizo con la Bundesliga y la Liga de Campeones. La UEFA también la eligió mejor jugadora continental en la campaña 2013-14 y en la fase de clasificación mundialista ha sido clave en la selección alemana con cinco tantos.
La alemana recibió el 17,52 por ciento de los votos, y superó a las otras dos aspirantes, la brasileña Marta, ganadora de este premio entre 2006 y 2010, que fue respaldada por el 14,16 por ciento, y la estadounidense Abby Wambach, vencedora en 2012 (13,33%).
Kessler, quien aseguró que "ni en el mejor de los sueños podía pensar en ganar este premio", releva en el palmarés a su compatriota Nadine Angerer.
Kessler fue determinante en los éxitos de su equipo, con el que se hizo con la Bundesliga y la Liga de Campeones. La UEFA también la eligió mejor jugadora continental en la campaña 2013-14 y en la fase de clasificación mundialista ha sido clave en la selección alemana con cinco tantos.
La alemana recibió el 17,52 por ciento de los votos, y superó a las otras dos aspirantes, la brasileña Marta, ganadora de este premio entre 2006 y 2010, que fue respaldada por el 14,16 por ciento, y la estadounidense Abby Wambach, vencedora en 2012 (13,33%).
Kessler, quien aseguró que "ni en el mejor de los sueños podía pensar en ganar este premio", releva en el palmarés a su compatriota Nadine Angerer.
Marta asegura que jugó fútbol por supervivencia
La delantera brasileña Marta Vieira da Silva, que compite con la estadounidense Abby Wambach y la alemana Nadine Kessler por el Balón de Oro, explicó que empezó a jugar al fútbol "como un medio de supervivencia" para su familia.
"Comencé a jugar como un medio de supervivencia para mi familia.
Ser profesional ayudó mucho a mi familia", subrayó la jugadora del Rosengard sueco, ganadora de cinco Balones de Oro entre 2006 y 2010, en una rueda de prensa celebrada en Zúrich poco antes de la ceremonia de entrega del galardón.
Marta, que a sus 28 años una de las grandes referentes a nivel mundial, lamentó no haber crecido con ningún modelo femenino aunque reconoció que el exjugador del Barcelona Rivaldo fue uno de los primeros deportistas en los que encontró inspiración.
Finalista de la pasada edición de la Liga de Campeones con el Tyresö sueco, Marta apunta ahora hacia nuevas conquistas con el Rosengard y con el combinado brasileño.
"Estamos preparadas para conquistar el Mundial y para hacer unos grandes Juegos Olímpicos", apuntó en alusión a la próxima cita mundialista, que se celebrará en Canadá entre el 6 de junio y el 5 de julio y que le medirá en la fase de grupos a los equipos de España, Costa Rica y Corea del Sur. "Queremos el oro. Nuestro proyecto es muy bueno", remarcó.
Por el premio a mejor jugadora mundial del año la brasileña competirá con la estadounidense Abby Wambach y con la alemana Nadine Kessler, quien se mostró "extremadamente orgullosa de poder compartir la nominación con dos grandísimas jugadoras".
"Comencé a jugar como un medio de supervivencia para mi familia.
Ser profesional ayudó mucho a mi familia", subrayó la jugadora del Rosengard sueco, ganadora de cinco Balones de Oro entre 2006 y 2010, en una rueda de prensa celebrada en Zúrich poco antes de la ceremonia de entrega del galardón.
Marta, que a sus 28 años una de las grandes referentes a nivel mundial, lamentó no haber crecido con ningún modelo femenino aunque reconoció que el exjugador del Barcelona Rivaldo fue uno de los primeros deportistas en los que encontró inspiración.
Finalista de la pasada edición de la Liga de Campeones con el Tyresö sueco, Marta apunta ahora hacia nuevas conquistas con el Rosengard y con el combinado brasileño.
"Estamos preparadas para conquistar el Mundial y para hacer unos grandes Juegos Olímpicos", apuntó en alusión a la próxima cita mundialista, que se celebrará en Canadá entre el 6 de junio y el 5 de julio y que le medirá en la fase de grupos a los equipos de España, Costa Rica y Corea del Sur. "Queremos el oro. Nuestro proyecto es muy bueno", remarcó.
Por el premio a mejor jugadora mundial del año la brasileña competirá con la estadounidense Abby Wambach y con la alemana Nadine Kessler, quien se mostró "extremadamente orgullosa de poder compartir la nominación con dos grandísimas jugadoras".
lunes, 5 de enero de 2015
Las mujeres pisan fuerte en los campos de fútbol aficionado de Buenos Aires
Las mujeres ganan cada vez más protagonismo en la escena del fútbol aficionado en Buenos Aires y, desafiando prejuicios, cargan de feminidad al deporte más popular de Argentina.
Basta enumerar la seguidilla Maradona, Messi, Boca-River, "Brasil, decime qué se siente" para despejar toda duda de que Argentina es un país donde se respira fútbol, aunque hasta hace pocos años era un terreno "impensado" para las mujeres.
"Cuando empecé a jugarlo, me interesé por un mundo que siempre me enseñaron que era patrimonio masculino", explica a Efe Romina, arquitecta porteña de 25 años y delantera del equipo "DeTaco FC", mientras se calza sus botines lilas para salir al césped.
"Son talle ‘niño’, no se venden de adulto como para mujer", aclara la joven, que dedica sus tardes de domingo a jugar al fútbol con otras diez chicas en un club del barrio porteño de Caballito, donde un amigo oficia de entrenador y organiza los torneos.
En el terreno de juego se pasean los tonos violetas, rosas, moños en el pelo y hasta uñas estridentes, pero la "prolijidad" (aspecto cuidado) frena de golpe cuando suena el silbato de otro amigo, convertido en árbitro por una hora, y ya no hay diferencia con un partido masculino.
"¿Las mujeres de cualquier edad hoy se animan a decir ‘juego al fútbol y qué? No por eso soy un macho’", afirma Paula Fernandes Delgado, directora de la escuelita "Fútbol a lo femenino", donde se hubo un "boom" de consultas después el mundial pasado.
"Hasta hace cinco años, no había espacios recreativos para juntarse a ‘hacer un picadito’ (partido) con las amigas, algo que reemplace la reunión de café", asegura la mujer, cuya mayoría de alumnas tiene entre 20 y 45 años.
Pese a que no hay números oficiales, Fernandes Delgado realizó un recuento y solo en la zona norte de Buenos Aires, localizó 700 equipos de fútbol aficionados femeninos y un treinta por ciento de pistas ocupadas por mujeres.
En una de estas, al porteño grito de "salile, mostrate, cerrá al medio, ¡salile!", las chicas de DeTaco FC siguen aguerridas las instrucciones de Mauricio, su director técnico hace un año y entrenador de fútbol infantil, mientras dura el partido.
"Al varón en este país se le regala una pelota desde los dos años y aprende cosas desde la infancia que las chicas, no", afirma el entrenador, que se interrumpe para gritar eufórico "¡Gol!" y felicitar a sus jugadoras desde fuera del campo.
El silbido del árbitro anuncia el entretiempo y las chicas corren dirección a las botellas de agua y las horquillas para "domar" el cabello, con la misma naturalidad con la que un grupo de niños de la tribuna se abalanza sobre la tentadora pelota libre y tira al arco.
"El fútbol genera una camaradería a la cual muchas no estábamos acostumbradas, por crecer con juegos más individualistas", afirma Fernandes Delgado, quien cuenta que debe adaptar la técnica futbolística para evitar, por ejemplo, parar la pelota ‘de pecho’".
Si bien hace varios años que las mujeres patean a los arcos porteños de modo aficionado, no son pocos los prejuicios con los que todavía lidian sobre si una chica es "demasiado masculina" por jugar a un deporte caratulado como "de hombres".
"En un club donde jugábamos, los socios se quejaron con las autoridades sobre por qué había mujeres de corto y musculosa (camiseta ajustada)", dice la directora de la escuela, quien conoció a su actual marido jugando al fútbol.
"Todos los hombres con los que hablo piensan que esto es una moda pasajera", afirma Romina.
Basta enumerar la seguidilla Maradona, Messi, Boca-River, "Brasil, decime qué se siente" para despejar toda duda de que Argentina es un país donde se respira fútbol, aunque hasta hace pocos años era un terreno "impensado" para las mujeres.
"Cuando empecé a jugarlo, me interesé por un mundo que siempre me enseñaron que era patrimonio masculino", explica a Efe Romina, arquitecta porteña de 25 años y delantera del equipo "DeTaco FC", mientras se calza sus botines lilas para salir al césped.
"Son talle ‘niño’, no se venden de adulto como para mujer", aclara la joven, que dedica sus tardes de domingo a jugar al fútbol con otras diez chicas en un club del barrio porteño de Caballito, donde un amigo oficia de entrenador y organiza los torneos.
En el terreno de juego se pasean los tonos violetas, rosas, moños en el pelo y hasta uñas estridentes, pero la "prolijidad" (aspecto cuidado) frena de golpe cuando suena el silbato de otro amigo, convertido en árbitro por una hora, y ya no hay diferencia con un partido masculino.
"¿Las mujeres de cualquier edad hoy se animan a decir ‘juego al fútbol y qué? No por eso soy un macho’", afirma Paula Fernandes Delgado, directora de la escuelita "Fútbol a lo femenino", donde se hubo un "boom" de consultas después el mundial pasado.
"Hasta hace cinco años, no había espacios recreativos para juntarse a ‘hacer un picadito’ (partido) con las amigas, algo que reemplace la reunión de café", asegura la mujer, cuya mayoría de alumnas tiene entre 20 y 45 años.
Pese a que no hay números oficiales, Fernandes Delgado realizó un recuento y solo en la zona norte de Buenos Aires, localizó 700 equipos de fútbol aficionados femeninos y un treinta por ciento de pistas ocupadas por mujeres.
En una de estas, al porteño grito de "salile, mostrate, cerrá al medio, ¡salile!", las chicas de DeTaco FC siguen aguerridas las instrucciones de Mauricio, su director técnico hace un año y entrenador de fútbol infantil, mientras dura el partido.
"Al varón en este país se le regala una pelota desde los dos años y aprende cosas desde la infancia que las chicas, no", afirma el entrenador, que se interrumpe para gritar eufórico "¡Gol!" y felicitar a sus jugadoras desde fuera del campo.
El silbido del árbitro anuncia el entretiempo y las chicas corren dirección a las botellas de agua y las horquillas para "domar" el cabello, con la misma naturalidad con la que un grupo de niños de la tribuna se abalanza sobre la tentadora pelota libre y tira al arco.
"El fútbol genera una camaradería a la cual muchas no estábamos acostumbradas, por crecer con juegos más individualistas", afirma Fernandes Delgado, quien cuenta que debe adaptar la técnica futbolística para evitar, por ejemplo, parar la pelota ‘de pecho’".
Si bien hace varios años que las mujeres patean a los arcos porteños de modo aficionado, no son pocos los prejuicios con los que todavía lidian sobre si una chica es "demasiado masculina" por jugar a un deporte caratulado como "de hombres".
"En un club donde jugábamos, los socios se quejaron con las autoridades sobre por qué había mujeres de corto y musculosa (camiseta ajustada)", dice la directora de la escuela, quien conoció a su actual marido jugando al fútbol.
"Todos los hombres con los que hablo piensan que esto es una moda pasajera", afirma Romina.
jueves, 1 de enero de 2015
Marta: “Falta incentivo familiar”
Todavía existe (el prejuicio) y comienza en casa. Los padres no aceptan que las niñas jueguen. Falta el incentivo familiar. Si hubiera incentivo en casa, habría una mayor movilización por el deporte", dijo Marta, candidata nuevamente este año al título de la mejor futbolista otorgado por la FIFA.
En una entrevista con el diario Folha de Sao Paulo, la número diez de la selección brasileña y jugadora del club Rosengard sueco aseguró que una posible conquista de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016 puede ser el marco que el fútbol femenino necesita en Brasil para ser un deporte masivo.
"Los Juegos Olímpicos de Río son la oportunidad para conquistar la medalla de oro, hacer algo para que las cosas cambien. Tuvimos dos oportunidades de cambiar el fútbol femenino, pero nos quedamos con la plata" en Atenas 2004 y Pekín 2008, evaluó.
Marta, de 28 años, dijo que el problema de Brasil es la "falta de estructura" ya que se juegan torneos de fútbol femenino que duran entre 2 ó 3 meses, cuando en otros países la temporada es anual.
"Las escuelas necesitan poner el fútbol femenino entre las materias. El proyecto tiene que venir de los gobernantes, de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). Si los clubes grandes tuvieran equipos femeninos, eso ayudaría mucho, tienen muchos hinchas y son formadores de opinión", recomendó.
La delantera reinó en el fútbol femenino mundial por cinco años consecutivos, entre 2006 y 2010, en los que fue elegida la mejor del mundo por la FIFA.
En una entrevista con el diario Folha de Sao Paulo, la número diez de la selección brasileña y jugadora del club Rosengard sueco aseguró que una posible conquista de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016 puede ser el marco que el fútbol femenino necesita en Brasil para ser un deporte masivo.
"Los Juegos Olímpicos de Río son la oportunidad para conquistar la medalla de oro, hacer algo para que las cosas cambien. Tuvimos dos oportunidades de cambiar el fútbol femenino, pero nos quedamos con la plata" en Atenas 2004 y Pekín 2008, evaluó.
Marta, de 28 años, dijo que el problema de Brasil es la "falta de estructura" ya que se juegan torneos de fútbol femenino que duran entre 2 ó 3 meses, cuando en otros países la temporada es anual.
"Las escuelas necesitan poner el fútbol femenino entre las materias. El proyecto tiene que venir de los gobernantes, de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). Si los clubes grandes tuvieran equipos femeninos, eso ayudaría mucho, tienen muchos hinchas y son formadores de opinión", recomendó.
La delantera reinó en el fútbol femenino mundial por cinco años consecutivos, entre 2006 y 2010, en los que fue elegida la mejor del mundo por la FIFA.
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