La boliviana María Cristina Gálvez, de 18 años, con apenas dos días de entrenamiento debutó el sábado en el fútbol de salón profesional de España en filas de Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) ElPozo, de la Primera División, equipo al que se unió el lunes pasado y donde quiere mostrar el “nivel de las jugadoras bolivianas”.
Su estreno fue en Madrid ante AD Alcorcón FSF, que se impuso por 3-1.
A una semana de su llegada al país ibérico, cuenta que fue bien recibida, sorprendió a los dirigentes por su estado físico y está “contenta” por cumplir su “sueño” de jugar en Europa, donde estará inicialmente cuatro meses, aunque con el objetivo de quedarse más.
— ¿Cómo tomó su inmediato debut en el equipo?
— La verdad, sorprendida. Que me diga el profesor que ya tenía que debutar con el poco tiempo que tuve, que fueron solo dos días de entrenamiento, fue una sorpresa. Hay que saber qué esquema juegan, cómo marcan. Y para mí, venir de la liga de Bolivia a la liga europea, que es profesional, me cuesta.
Me sentí bien, porque me entendí bien con las chicas; el único problema es que no sabía algunas jugadas que mis compañeras sí las conocen, porque dos días de entrenamiento es demasiado poco para poder adaptarse.
— ¿En qué momento el DT le dijo que iba a jugar?
— Me lo dijo dos días antes del partido. Lamentablemente, por problemas de salud, el entrenador no pudo estar en el encuentro, dirigió otra persona y el técnico oficial ya me conocía por los entrenamientos que tuve. Pero me sentí muy bien para empezar con un equipo muy bueno, que tiene jugadoras de Argentina, Madrid, de diferentes lugares.
— ¿Se sintió nerviosa?
— Antes del partido sí, pero, como siempre hago antes de entrar a la cancha, se lo dejé todo en manos de Dios y entré con una tranquilidad grande, porque sé que todo está en manos de Él y solo Él sabe todo lo que va a pasar. Creo que jugué unos cuatro o cinco minutos. Lo que pasa es que todavía no estoy adaptada al clima, porque hace mucho frío. Hay mucha diferencia entre el clima de Santa Cruz y el de acá (Murcia), además de la diferencia de horas, que son cinco, entonces es mucho tiempo. A eso se suman los dos entrenamientos, como que fue demasiado rápido todo; entré y di todo de mí.
Ellos pensaban que yo vivía en La Paz, que es un lugar alto, y pensaban que podía estar bien acá, pero les dije que soy de Santa Cruz y que ahora me cuesta porque me resfríe por el frío y pese a eso entrené y jugué porque cuando a uno le gusta no hay excusas.
Hice gran parte de las cosas que habíamos entrenado, porque la marcación es un tema que ya me lo sabía, aunque tienen como siete jugadas de tiro de esquina, y tampoco pude aprenderme todas, porque tienen otras jugadas de tiro libre y jugadas de salida de presión.
Pero, a pesar de todo eso, el entrenador vio que estaba lista, vio que me entendía con el equipo y me dijo que confíe en mí y que me iba a ir bien en el debut, aunque lamentablemente perdimos 3-1.
— ¿Jugó en la función que le gusta?
— Sí, pero en futsal tienes que saber todas las funciones, así que me siento bien en la posición que ellos me ponen, con esto me siento tranquila.
— Luego de estos días en España, ¿qué diferencia notó con el futsal boliviano?
— Hay demasiada diferencia. Tienen más preparación, es más profesional. Aquí viajamos o jugamos todos los sábados con todas las comunidades, que son como sus departamentos, entonces eso te obliga a tener mayor preparación.
Entrenamos todos los días, de dos a tres horas. Se trabaja lo físico y táctico, y cuando se hace lo táctico es como hacer físico porque hacemos bastante movimiento.
Los dueños del equipo se sorprendieron de mí porque se preguntaban: “¿cómo puede ser que corra y corra sin parar?”, sabiendo que salí de una lesión (esguince) en mi tobillo izquierdo y estuve dos meses y medio sin entrenar.
También se descansa hasta dos días y esto es porque los viajes que tenemos son largos. Viajamos en el bus del club. Igual está la alimentación, te controlan el peso, no tienes que subir ni bajar, lo tienes que mantener.
La ‘peque’ (centro) junto con el resto de sus compañeras del club UCAM. Foto: UCAM-Murcia
— ¿Cómo la recibieron sus compañeras de equipo?
— Fue increíble. Se sintió el compañerismo. Cuando llegué comenzaron a charlar conmigo. En mi equipo hay jugadoras de la selección española de mayores. Gracias a Dios me recibieron muy bien, todas muy amables, siempre apoyándome y me explicaban algunas cosas que no entendía por el poco tiempo de preparación que tuve. Me sorprende el compañerismo que hay acá.
— Debe ser lindo tener compañeras de selección…
— La verdad que sí. Es muy bonito. Tengo de compañera a Noelia Montoro, que salió campeona de la Copa Europea que ganó España hace poco.
— ¿Cómo se instaló, dónde vive ahora?
— Gracias a Dios tengo un departamento que me dio el club. Lo comparto con otras dos jugadoras, una que está en la segunda división y otra que está en primera conmigo, pero no se entrena porque está lesionada. Esto lo hace el club para las jugadoras recién llegadas, porque las demás viven en casa con sus familias.
El club también se hace cargo de nuestra alimentación. Me dejan dinero una vez a la semana para hacer compras de todo lo que necesito.
— ¿Cómo la trata la gente?
— Muy bien. La mayoría de las personas bolivianas que están acá me dijeron que se sienten orgullosos. Me motivó demasiado ver a tanta gente del país que apoya acá.
También me vi con familiares por parte de mi padre. Son tíos y primos que vi después de mucho tiempo.
Recuerdo que les decía que quería ir a España para jugar y me miraban y se reían porque yo tenía ocho años, pero ahora me dijeron: “pudiste lograrlo, lo lograste sola”.
— ¿Cuál es su objetivo en España?
— Cumplí con el primer paso, mi sueño de jugar en Europa. Tengo contrato por cuatro meses, pero estamos hablando con el dueño del equipo que me dijo que le gustó cómo estoy siendo responsable con todo esto y si ellos quieren que siga podremos renovar el contrato.
También veo que hay muchas jugadoras en Bolivia que tienen el mismo sueño que yo y que no tienen la misma suerte, por eso quiero demostrar que hay buenas jugadoras allá. Para mí eso es una presión grande, porque está todo sobre mí y estoy tratando de hacer las cosas lo mejor posible.
— ¿Existe la posibilidad de que estudie en la UCAM?
— Sí, me lo dijo mi representante, que depende de cómo vaya todo, porque si renovamos contrato ellos me quieren dar una beca. Pero también hay otros equipos de acá que me hablaron para que venga, uno de primera y otro de segunda. También hubo interés por parte de San Lorenzo de Argentina y otros clubes de Guatemala y Brasil. Pero me gustaría seguir en España, más que todo por su liga de futsal, que es bien competitiva y para que yo misma me exija por la calidad de jugadoras que hay acá.
— ¿Y sus estudios?
— Hablé con mi colegio (Raúl Otero Reiche), son cuatro meses que voy a estar aquí. Tengo que ir a arreglarlo y depende de cómo me vaya acá debo definir la culminación de mi último año de estudios.
— ¿Qué le dice a la gente en el país?
— He visto que algunas personas pusieron que debuté y perdimos 3-1 y quiero aclarar que no es como las personas piensan, ya que es más difícil. Tuve poco apoyo allá, pedí demasiada ayuda con la preparación y no lo hicieron.
Perfil
Nombre: María Cristina Gálvez Talavera.
Nacimiento: Santa Cruz, 13 de agosto de 2000.
Trayectoria: Se inició en el Plan Tres Mil de Santa Cruz, Jugó en La Crema, Racing Junior y selecciones cruceñas. Con Bolivia disputó los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018.