El fútbol femenino intenta abrirse campo en Bolivia en medio de trabas que persisten, como la falta de una estructura formal que organice torneos anuales similares a los de los hombres, pese a que es una exigencia de la Conmebol que deben cumplir los clubes para asistir a las copas desde 2019.
Por otro lado está la selección femenina, que desde hoy afrontará la Copa América en Chile, en la que se medirá con Brasil, Argentina, Ecuador y Venezuela, con una preparación de la que se sabe muy poco.
La práctica del fútbol entre mujeres no es algo nuevo en el país, pues data de unos 30 años atrás, explicó el profesor Napoleón Cardozo, quien estuvo a cargo de las selecciones Sub 17, Sub 20.
Los departamentos que llevan la delantera son Santa Cruz, Tarija, Cochabamba y Potosí, que aportan la mayor cantidad de jugadoras a las selecciones para los torneos internacionales. Aunque ya existe este trayecto recorrido, el balompié femenino aún no es considerado profesional porque “no tiene ligas departamentales, no tiene una liga nacional”.
“Como no hay eso, entonces se juega todo por separado, no hay una estructura. Por lo tanto, las chicas juegan de forma amateur”, agregó.
Quien hasta el momento ha mostrado más interés que los dirigentes por profesionalizar el fútbol femenino es el presidente Evo Morales, un gran aficionado del balompié en general.
En 2016, el gobernante expresó la intención de fundar una liga de esa rama con permiso de la FBF y manifestó su deseo de convertir a la zona central del Chapare, su bastión sindical y político, en una potencia del fútbol femenino.
Con todo, la situación debe cambiar en toda Sudamérica a partir del reglamento de licencias para los clubes aprobado en 2016 por la Conmebol.
El citado documento establece una serie de requisitos para el funcionamiento de los equipos profesionales sudamericanos, entre ellos que cuenten con un primer equipo femenino y otro juvenil, o asociarse a un club que los tenga.
En ambos casos, el club deberá proveer todo el soporte, equipos y estructuras necesarias para el desarrollo de ambas ramas “en condiciones adecuadas”, indica el reglamento, que también exige que éstas participen en competiciones nacionales y regionales autorizadas por sus respectivas asociaciones.
Muy pocos equipos de la división profesional han iniciado el proceso para contar con planteles femeninos, pero la situación para algunos será más complicada, pues para que las jugadoras puedan dedicarse al fútbol, se les tendrá que pagar un salario, como a los varones. Y es que muchas combinan la práctica deportiva con sus estudios o trabajo.
En cuanto a la selección femenina, aunque la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) ha hecho algunos esfuerzos por mostrar lo que se está haciendo, es evidente que la rama masculina tiene más peso.
Pues, en las que abundó información sobre los amistosos que la selección masculina disputó con su similar de Curazao, sin tener nada en juego; mientras que la información oficial sobre el equipo femenino que disputará la Copa América fue casi nula.
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