Abby Wambach, que en el 2012 fue declarada mejor futbolista del mundo, hizo de comentarista de los partidos de la Eurocopa de Francia para ESPN. De la Euro de los hombres. Junto a Ballack, Solari o Leboeuf. Es la demostración de que el fútbol femenino de Estados Unidos está a años luz.
Ahí empezó a fraguarse el fichaje. Los anfitriones ganaron a Rumanía en la inauguración y el 11 de junio Alex Morgan envió un mensaje por Twitter a su amiga y excompañera yanqui. "Qué envidia que vayas a estar ahí tanto tiempo. Tráeme café y croissants”, bromeó.
Entonces Morgan recibió una respuesta de un señor. "Tú puedes jugar en el mejor equipo de Europa, el Olympique de Lyon, y en el estadio más bonito”. No le dio mayor importancia.
Pero antes de los Juegos, el admirador volvió a la carga: "No puedo creer que sólo falten 5 días para que empiecen”, escribió Morgan. A lo que el señor canoso insistió: "Y después de Río, al Olympique de Lyon. Te esperamos”.
La futbolista alucinó al fijarse en el perfil del tuitero en cuestión. Quien la cortejaba no era otro que Jean-Michel Aulas, que vendió por millonadas a Benzema al Madrid o a Abidal y Umtiti al Barcelona. El mismísimo presidente.
Aulas se salió con la suya y a principios de enero la presentaba. El sábado pasado Alex Morgan debutó en Francia. En el campo del Guimgamp, ante menos de 3.000 espectadores (0-3). Allí estaba, con su inseparable cinta de pelo rosa y el número 13.
Si no saben quién es Alex Morgan, sólo tienen que pensar que la revista Sports Illustrated escogió para su portada de guía de los Juegos a la gimnasta Simone Biles, los nadadores Katie Ledecky y Michael Phelps, los atletas Ashton Eaton y Allyson Felix, el jugador de baloncesto Kevin Durant y a la futbolista. Casi nada. Morgan no es una galáctica cualquiera. Es la princesa Leia del fútbol. Rápida y certera, ha marcado 73 goles en 120 partidos internacionales con EE.UU., ganó el oro en Londres’12 y el Mundial de Canadá en 2015, además de dos ligas de su país.
Aun así, la delantera, de 27 años, no es la primera estadounidense que pasa a jugar en Europa. Colegas suyas como Rapinoe (O. Lyon), Heath (PSG), Krieger (Frankfurt) o Klingenberg (Tyresso) han cruzado el charco. Pero ella no viene sola. Se la compara con Beckham. La invitan a la gala del MET en Nueva York. No desentonaría con Emma Stone. Tiene acuerdos de patrocinio con Nike, Coca-Cola, McDonald’s, Panasonic, Bridgstone o la telefónica AT&T. La han convertido en un personaje de los Simpsons. E incluso sus vivencias han inspirado unos libros de literatura juvenil y una serie de televisión.
Su influencia traspasa fronteras. Tiene casi 5 millones de seguidores en Instagram y tres millones en Twitter. Cuando Vero Boquete y Alexia Putellas, las españolas más mediáticas, no superan los 40.000. No es extraño pues que EA Sports la eligiesen como imagen del FIFA 16 para Estados Unidos al lado de Leo Messi.
Hasta The Players’ Tribune, la web donde Kobe Bryant anunció su retirada, le cedió un espacio para que ella explicase los motivos por los que dejaba Orlando (ella pertenece a los Pride y su marido, Servando Carrasco, juega en el equipo de Kaká), para ir cedida seis meses al Olympique. "Es un equipo reconocido mundialmente por su excelencia, están comprometidos con el crecimiento del fútbol femenino y dan a las mujeres facilidades de primera clase y un ambiente de entrenamiento sin igual, a la par con el equipo masculino. Ahora estoy en mi apogeo. Tengo grandes metas: quiero ser la mejor jugador de Estados Unidos y del mundo”, decía.
Para ella, la igualdad siempre ha sido un factor por el que luchar. A principios de 2016 Morgan y cuatro jugadoras más de la selección reclamaron públicamente a la Federación de su país que deberían cobrar lo mismo que sus homólogos masculinos. "Hacemos el mismo trabajo”, decía en el comunicado. "Y tenemos mejores resultados”, se soltaba el sábado en L’Équipe Magazine. "En casa, mi mamá y mi papá compartían por igual las responsabilidades de la familia. Ellos nunca me hicieron sentir que hubiera actividades de chicos y actividades de niñas”, relata Morgan.
Ahora sueña con lograr la Champions. El Olympique de Lyon, que la temporada pasada ganó el triplete, ha formado toda una constelación con siete internacionales francesas, la estrella alemana Maroszan (oro en Río), la canadiense Buchanan (bronce), la japonesa Kumugai, la noruega Hegerberg y ella, la galáctica más galáctica. En marzo, les espera el Wolfsburgo, el finalista del 2016, en cuartos... y quizás el Barça en semifinales.
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