Lágrimas salen de los ojos por la emoción de entonar el Himno Nacional y más de haber conquistado un sueño que al inicio parecía difícil. Vestir la casaca de la Selección Nacional y representar a todo un país, como una gran jugadora de fútbol.
Así fue el sentimiento que vivió en carne propia Helen Mayerlin Maolo Gosalvez, quien dio el mensaje de que nada es imposible en la vida.
Al estar presente en ese campeonato, por su mente pasó cómo inició su trayectoria, que siempre estuvo ligada al deporte de multitudes. Aquel sueño empezó cuando era apenas una niña, ella vivía en Guayaramerín y junto a su papá se reunía para observar los partidos de la Selección Nacional mediante la pantalla chica.
Ver a esos jugadores jugar por su país, nació en ella un sentimiento que sólo aquellas personas que persiguen sus sueños, lo pueden entender. Lo importante era que desde un inicio siempre tuvo el apoyo de su papá, Santa Cruz Maolo Vaca.
Helen jugaba en la calle junto a sus amigos de barrio y a partir de ese momento se fue formando como jugadora de fútbol, al principio sin técnica y táctica, pero sí con mucha habilidad para comenzar a trabajar lo que más añoraba, llegar a la Selección Boliviana.
"Mi papi siempre me decía que si a mí me gustaba (el fútbol) y tenía que trabajar mucho para llegar a donde yo quería", afirmó.
MAOLO
Helen Mayorlin Maolo Gosalvez vio la luz en la ciudad beniana de Guayaramerín, el 29 de diciembre de 1988. Estudio en el Colegio Julia Ribera Aguilera de donde salió bachiller en la ciudad de Santa Cruz. Posteriormente, realizó estudios de gastronomía en Infocal y de la Universidad "Domingo Savio" salió como operadora en computación. Actualmente se encuentra en el segundo año de las carreras de Ciencia Política y Administración Pública en la Universidad "Gabriel René Moreno" de la capital cruceña.
EL FÚTBOL
Sus primeros pasos los dio como dijimos en su ciudad de origen jugando con sus compañeritos de barrio, posteriormente, por designios del destino el rumbo de su vida le marcaría como residencia la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Ya tenía 11 años y comenzó a jugar futsal, deporte en el que se destacaba por las habilidades que tenía con el balón.
Antes de cumplir los 18 años, encontró el sendero de lo que ella estaba soñando. Una persona al ver sus aptitudes la llevó a probarse al Club Blooming, donde impresionó con su juego. Fue el técnico Hernán Melgar quien sembró en ella, los elementos básicos para que se consolide en el fútbol.
"Me costó un poco adaptarme al fútbol, porque no es lo mismo que el futsal, es más lento", indicó.
A medida que pasaron los meses, Helen se fue ganando la titularidad en el equipo y el 2007 con su equipo Blooming fue a jugar el nacional de clubes que se desarrolló en la ciudad chaqueña de Yacuiba. Sería su primera partición a nivel nacional y logró el subcampeonato.
"Fue una emoción grande que sentía, estaba agradecida con Dios porque me dio la oportunidad de jugar en un nacional. Sentía que no me cambiaba por nadie porque ya estaba jugando un nacional", subrayó.
Su carrera deportiva continuaba enmarcada en el fútbol y cada vez se esmeraba más para ser la mejor, como se había propuesto desde niña, aquella situación le permitió ser la capitana del equipo.
En el 2013, su equipo logró alcanzar el título de campeón, lo que les dio el derecho de participar en la Copa Libertadores "Fox do Iguazú" que se jugó en el Brasil. En ese campeonato la representación boliviana quedó en el cuarto lugar. Blooming representó a Bolivia con el nombre de "Mundo Futuro".
Al año siguiente, "Mundo Futuro" volvió a ganar el derecho de participar en la Copa Libertadores en San José de San Paolo en Brasil. Ella se consolidó en el puesto de zaguera jugando con la casaca número cuatro de lateral izquierdo. El 2016, Helen fue contratada de refuerzo en el equipo de San Martín de Porres de Tarija para ir a jugar la Copa Libertadores en Montevideo del Uruguay.
Tras sus primeras presentaciones internacionales, fue vista por los técnicos para ser convocada en principio a la selección cruceña de fútbol y luego a la Selección Nacional.
"El fútbol me enseñó a tener un objetivo a seguir como jugadora, cuidarme y a trabajar más en equipo, pero sobre todo ser humilde, no menospreciar a ningún equipo sea chico o grande, porque siempre debe primar el respeto al rival. Cuando uno tiene un objetivo, nunca debe rendirse, debe desarrollar un carácter y mentalidad como jugadora. Eso me enseñó que cuando uno quiere se llega lejos, eso me enseñó el fútbol", aseguró.
Finalmente, su sueño se haría realidad al integrar la Selección Nacional, jugando con la casaca número tres en el puesto de zaguera central.
"Fue una emoción muy grande que sentí, ahí lloré de alegría y más porque entoné el Himno Nacional en otro país. Sentía que mi corazón estallaba, pero de alegría, y que por fin estaba realizando mi sueño de estar en la Selección Boliviana. Fui a jugar a Chile, a Santiago en los Juegos Odesur", indicó.
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