Las jugadoras de la selección que viajaron a Ecuador para disputar partidos amistosos, utilizan el dinero para pagar deudas generadas por su ausencia laboral.
No podía ensimismarse. Sheyla Anagua sabía que al volver a casa le esperaban deudas. Después de 10 días en Ecuador, la integrante de la selección femenina de fútbol estaba preparada para los reclamos. Con 200 dólares de viáticos que recibió de la Federación Boliviana de Fútbol debe pagar a la muchacha que la reemplazó y cubrir los gastos de su “hermanito” que se quedó en Santa Cruz.
“Sólo somos los dos”, explicó con voz firme. Pese a que el dinero era para cubrir sus gastos de estadía en tierra ecuatoriana, Anagua no gastó “ni un centavo”, como el resto de sus compañeras. “No podía ser irresponsable, tengo que pagar y lo peor es que me faltará dinero y tendré problemas”, se sinceró.
Con realidades distintas, el combinado de varones recibe aproximadamente 100 dólares de viáticos por día, con una escala que varía si el partido es amistoso internacional o nacional. Los parámetros son opuestos.
“Estamos muy contentas con el obsequio de los uniformes, pero a la vez tristes, ya que creo que merecemos un mejor respaldo económico, ya que dejamos muchas cosas al viajar, con esto no digo que sólo lo hacemos por el dinero, pero es fundamental ,ya que estudiamos, trabajamos y algunas compañeras tienen hijos y familia que mantener”, reclamó la jugadora de 21 años que protege a su hermano de 15.
Con dos triunfos, un empate y una derrota, la verde femenina volvió al país, el sábado, después de haber disputado en Ecuador encuentros amistosos de preparación. Se midió dos veces con su similar de ese país y jugó contra equipos de la región que le sirvieron para agarrar roce internacional.
“Bueno, cada convocatoria hemos pedido y seguimos pidiendo que se nos dé un trato mejor, no igual que los varones, pero mejor, sinceramente comparado con los varones es demasiado poco lo que nos brindan, pero pese a esas limitaciones siempre hemos tenido el compromiso con la selección y siempre hemos dado al máximo en cada partido”, criticó Janeth Morón, integrante del equipo dirigido por la entrenadora Zdenscka Bacarreza Pinilla.
La comparación del fútbol femenino con el masculino es todavía lejano en Bolivia, pero todos los datos revelan el abismo que los separa.
“Creo yo que ninguna selección femenina en sus diferentes categorías puso como objeción no ir o amotinarse, como quien dice, por algún tema económico o material (como pasó una vez con los varones). Poco a poco estamos consiguiendo que se valore el fútbol femenino, vamos demasiado lento en ese sentido, pero estamos avanzando, sé que si la dirigencia pone más atención a las necesidades que tenemos como jugadoras, nuestro fútbol tendrá mejores resultados”, apuntó.
En julio pasado la FIFA destinó 500 mil dólares para incentivar el fútbol femenino en cada país. “Hay varios trabajos que realizará la selección femenina, con base en la planificación se elaborarán los presupuestos y se harán los desembolsos que correspondan”, explicó Fernando Costas, presidente de la Federación Boliviana de Fútbol.
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